DICEN LAS CRÍTICAS
"Monólogos de la marihuana" es un show de stand-up magníficamente actuado. Histrionismo, seducción y un original encanto personal coinciden en los exquisitos tres comediantes que hacen un show lleno de sutilezas y de vital complicidad con el público. (Diario La Prensa)
-Los desopilantes monólogos, diálogos y cuelgues de los actores en escena hacen de "Monólogos de la marihuana" una de las más graciosas obras de los últimos tiempos. (Revista Pronto)
-Divina Gloria pone todo su desparpajo en acción y el público lo agradece. Pacha Rosso dota a sus textos de toda la gracia posible y se complementa muy bien con su compañera. Y Adrián Yospe es un muy buen actor, llena el escenario de picardía, de locura y es el nexo más fuerte entre el público y la escena. (Diario La Nación)
-Una experiencia desafiante, vanguardista y cargada de una cuota de humor y capacidad de sorpresa en su justa medida. (Diario Infobae)
-Benson (Adrian Yospe) se lleva sin duda todas las carcajadas del público, la marihuana es su debilidad y su expresividad permitió unos cuantos en la sala se identificaran. El fuerte de Douglas (Pacha Rosso) es sin duda el guión, donde las contradicciones más graciosas se acompañaban con la seridad de su rotro. Divina Gloria, no pierde carisma a la hora de concentrar la atención, pero no pasa de generar simpatía y alguna que otra sonrisa. (Revista Bitacora)
Con interesantes actuaciones y un texto bien interpretado "Monólogos de la marihuana" logra el efecto de un espectáculo divertido. Buenos momentos en estos monólogos como para pasar una noche entretenida. Para mencionar algunos: el descontrol erótico de Divina Gloria, jugado como si —incontenible— se fuera del libreto y no hubiera manera de regresarla; los climas —acaso lo mejor del show— generados por Adrián Yospe cuando describe el ingreso inesperado de un padre a un cuarto humeante; y la frescura de Rosso al relatar los entretelones dramáticos que ocurren cuando el ritual se desmorona por imperio de la ley. La pérdida de memoria, la paranoia y la ansiedad por la comida que suelen afectar a quienes frecuentan esta planta milenaria también están pasados por el tamiz del humor. (Diario Clarín)