LA BITACORA NOTA DE LA OBRA
Teatro - Una obra de la buena
En Francia le dicen “Mari Jeanne”, en EE.UU. “Joint”, en España “hierba”, en Brasil “Planta da felicidade”, en Argentina: Maria Juana, porro, tuca, cannabis, faso, churro, etc. Comunmente conocida como “Marihuana” la droga que se ubica en la categoría de las “blandas”, vino a plantarse en la escena porteña con la obra tetral “Monólogos de la Marihuana”. Protagonizada por Divina Gloria, Adrian Yospe y Pacha Rosso la adaptación de la obra estranada con éxito en Nueva York aborda con ironía y humor los diferentes aspectos de la droga. Enmarcada en el género de comedia stand-up, desde una silla y un micrófono los actores recorren los mitos, los efectos, los rituales, las creencias y las anécodotas en torno al cannabis. Los personajes se van perfilando con el correr del texto, las anécdotas pasan por la voz de Pacha Rosso. El ex integrante de los “Prepu”, encarna entre otras cosas, las consecuencias normativas para quienes consumen, bajo el seudónimo de Douglas, su personaje narra su experiencia en la cárcel o sus altercados con la Policía. Adrian Yospe, se ubica entre aquellos que adictos, fanáticos y adoradores del porro. Su personaje Benson, es un “fumón” que sueña con una casa con paredes de Marihuana, sería capaz de fumarse su propia ropa en caso de no conseguir, le escribe poemas y conoce mejor que nadie los lugares donde esconderla. En el caso de Divina Gloria, su personaje se centra más en los efectos de la droga, explica con ingenio el camino que la marihuana realiza por el interior del cuerpo humano, con soltura e ingenuidad habla de la pérdida de memoria, la paranoia o la exitación sexual con toda la carga femenina que ella le aporta. En conjunto los personajes no pierden de vista temas centrales como la legalización de la droga, los rituales como el armado y la jerga de los consumidores y sus acitudes. El sarcasmo y la ironía no sólo abarca a los detractores de la marihuana también toma en cuenta la ridiculez en la que podría caer cualquier “fumón”. La química entre los actores parece todavía a prueba en una obra recién estrenada, dado que los picos más humórísticos de la obra se alcanzan en la interpretación individual más que en la interacción de los personajes.
Benson (Adrian Yospe) se lleva sin duda todas las carcajadas del público, la marihuana es su debilidad y su expresividad permitió unos cuantos en la sala se identificaran. El fuerte de Douglas (Pacha Rosso) es sin duda el guión, donde las contradicciones más graciosas se acompañaban con la seridad de su rotro. Divina Gloria, no pierde carisma a la hora de concentrar la atención, pero no pasa de generar simpatía y alguna que otra sonrisa. La marihuana como tema no deja ser objeto de debate, desde el humor el texto se para del lado de la legalización sin pregonar el consumo pero amparándolo con un mensaje final: “No presionen a nadie a consumir”.
TXT: Gaby Salomone